Muchas veces nos sentimos frustradas y decepcionadas, porque nuestras necesidades como mujeres no son suplidas por nuestro cónyuge a pesar de haber discutido tantas veces sobre lo mismo. Entonces nos preguntamos una y otra vez, ¿qué puedo hacer para que el cambie? ¿Acaso no se da cuenta de que necesito que me escuche y que me atienda? Siempre parece ausente y no se sobre que estoy parada.
Como seres humanos tendemos a buscar satisfacer nuestras necesidades en nosotros mismos, en nuestro cónyuge, los amigos, nuestros hijos, la iglesia, e incluso en el dinero y las posesiones materiales. Pero la Biblia nos dice que el único que puede satisfacer nuestras necesidades mas profundas es Jesucristo y que solamente a través de El podemos encontrar satisfacción y paz interna. El mismo Jesús lo dice en Juan 7:37 “Y en el último día, el gran día de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. 7:38 El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva.» Solamente en El encontramos seguridad, nuestra identidad, aceptación y nuestro propósito para el cual hemos sido creadas.
Salmos 91:14 “Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre. 91:15 Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. 91:16 Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación”
Así como nuestra fuente de vida y seguridad como individuos es Jesucristo, igual sucede en el matrimonio, pues el es también el creador del matrimonio y por lo tanto el mejor calificado para escribir el “manual de instrucciones autorizado”: la Biblia. La Palabra de Dios es el único fundamento sobre el cual podemos edificar nuestro matrimonio para que sea estable y exitoso.
En muchos matrimonios con conflictos puede haber un sinnúmero de aspectos que identifican cada problema, pero básicamente tienen su origen en la falta de conocimiento o rechazo a funcionar de acuerdo al orden Divino.
Efesios 5:22 “Esposas, someteos a vuestros propios esposos como al Señor.5:23 Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. 5:24 Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo…. y siguiendo hasta el versículo 33 que resume así: En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.”
Dios diseñó el matrimonio en forma perfecta y las instrucciones que nos da en Efesios 5, nos muestran lo que corresponde hacer a cada parte en una pareja y esto es, hacer lo que su pareja desea y así satisfacer sus necesidades.
Dios le ordena a la mujer que se someta a su marido como al Señor y una mujer que hace esto con la actitud correcta y en amor, está supliendo la mayor necesidad del hombre, la honra. Igualmente, cuando el hombre se da a sí mismo y ama a su mujer como Cristo ama a su iglesia, entonces, este hombre está satisfaciendo la necesidad mas importante de una mujer, la seguridad. Si cada cónyuge se preocupa por satisfacer las necesidades de su pareja y cumplen con el papel que les corresponde, cada uno recibirá lo que necesita. Mientras mas tiempo desperdiciemos negándonos a tomar gozosamente nuestro papel de acuerdo al orden de Dios, más alentamos a que nuestra pareja haga lo mismo.
Atrévete a dar el primer paso para romper el círculo vicioso en que te encuentras. Lo mas probable es que el cambio en tu esposo no se produzca de inmediato y sea un proceso que lleve tiempo, pero persevera y confía en que Dios hará su obra. Si tú como persona ya sabes en donde debes poner tu confianza, esta será tu fortaleza y tu esperanza: el Señor Jesucristo.