China: La vigilancia absoluta
China pretende introducir un ‘sistema de crédito social’ con el que valorar a sus ciudadanos. Con puntos de recompensa y de penalización: quien cruce un semáforo en rojo o agite contra el Gobierno pierde puntos y debe asumir las consecuencias.
Retrasarse en el pago de las facturas, beber demasiado alcohol: este tipo de infracciones conllevan puntos de penalización y pueden traer consecuencias como, por ejemplo, la pérdida de capacidad crediticia y de viajar libremente. El que se comporte convenientemente recibe puntos de bonificación con los que puede acceder a descuentos en reservas de hotel o de alquiler de autos. Millones de cámaras desplegadas en las calles de China permiten una vigilancia completa, que se combina con sistemas modernos de reconocimiento facial y de análisis de las huellas digitales y perfiles de comportamiento en la red. El controvertido sistema de crédito social se encuentra actualmente en fase de pruebas. A partir del año que viene será introducido en la capital, Pekín. Dos ejemplos: una joven gerente de marketing está orgullosa de su buena puntuación. Gracias a ello, su hijo pequeño tiene más posibilidades de ingresar en una escuela de élite. En cambio, un periodista que ha informado sobre corrupción recibe una valoración negativa y debe afrontar las consecuencias: su cuenta de redes sociales fue cancelada y se le prohíbe volar.
Los afectados de forma más drástica son los miembros de la minoría uigur. Viven en la región noroccidental de Xinjiang y profesan mayoritariamente la fe islámica.
Apo 13:16 Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente,
Apo 13:17 y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre.
Apo 13:18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre, y su número es seiscientos sesenta y seis.