El Tiempo Se Acorta

serio enriquez

 La escritura nos confirma que son tiempos finales y que se está cumpliendo la Palabra de Dios.

Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. (Mateo 24:22 LBLA)

El contexto de este versículo nos habla de la abominación desoladora y nos describe que en ese tiempo se hacían cultos satánicos en lugares santos, refiere también la destrucción del templo de Salomón por parte de los romanos. En ese sentido, El Señor Jesucristo nos está haciendo una advertencia sobre el final de los tiempos y de la necesidad que día a día nos consagremos, y la importancia de saber que El Evangelio no es de temor sino de respeto y obediencia a Dios.

En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle: Así habla Yahveh: Da órdenes acerca de tu casa, porque vas a morir y no vivirás. (2 Reyes 20:1 JER)

En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y el profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: –Jehová dice así: «Ordena tu casa, porque vas a morir, ya no vivirás». (2 Reyes 20:1 DHH)

Como hemos visto siempre, los planes del Señor son de bendición y no de calamidad, y en estas dos versiones de la Biblia; Él hace una advertencia al rey Ezequías por medio del profeta, para que se prepare y ordene su casa porque de cierto morirá. De esa misma forma, El Señor nos alerta para en este tiempo, donde acontecen terremotos, tsunamis y todo tipo de catástrofes; nos preparemos y ordenemos nuestra casa. Cuando vemos la historia del pueblo de Israel, nos podemos dar cuenta que los que tuvieron la oportunidad de ser gobernantes; fueron más los que fallaron que los que actuaron de acuerdo a los planes de Dios, porque los descendientes de David en cuanto a los reyes, eran alrededor de 20, y sólo 8 hicieron lo correcto delante de Dios. Actualmente, dentro del pueblo de Dios y los que tenemos el privilegio que Dios nos haya escogido, nos podemos dar cuenta que muchos han perdido la oportunidad que El Señor les dio de ser ejemplo para otros.

Tenemos que ser un ejemplo para quienes nos rodean y ser agradecidos con El Señor Jesucristo de haberle conocido, cuidando de no perder ese maravilloso privilegio porque es un regalo de Él hacia nosotros. También sabemos que hay una promesa de parte de Dios, y es que nuestra familia cada vez será mejor, aunque existan luchas, porque Su misericordia es para siempre y nueva cada mañana, sabidos que hoy una vez más la derramará sobre nosotros, y dependiendo de nuestra fe saldremos llenos de Su bendición.

Si somos poderosos con lo que Dios nos da, haremos cosas que nos hará más que vencedores. El Señor a través del profeta le está diciendo a Ezequías que ponga en orden su casa; por ejemplo haciendo su testamento cuando su juicio aún se encuentra bien. El tiempo y la hora en que el Señor nos llevará, solamente Él la sabe, por eso mismo tenemos que ordenar nuestra casa y prepararnos por medio del Espíritu Santo para que cuando vengan las situaciones difíciles a nuestra vida, no sean más fácil de afrontar. Lo más seguro es que a todos nos ha tocado vivir momentos difíciles que nos hace reflexionar si valdrá la pena el sufrimiento; esto se ejemplifica cuando Job dice: «…..mis pies estuvieron a punto de resbalar cuando vi la prosperidad en los impíos…». Para ser galardonados espiritualmente, debemos esforzarnos sabiendo que es difícil la lucha, pero luego cuando alcancemos la estatura perfecta habremos alcanzado también autoridad. Debemos prepararnos como a Dios le agrada.

Tenemos que esforzamos para recibir la bendición de Dios, pero antes es necesario que ordenemos nuestra casa, y si el Espíritu Santo obra en nosotros y le obedecemos a lo que nos dice, la Iglesia estaría llena de nuestras familias.

En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, porque había oído que Ezequías había caído enfermo. (2 Reyes 20:12 DHH)

El mundo nos está invadiendo y nos quiere atraer, y hay mujeres que se esfuerzan y trabajan fuera de casa para ayudar al esposo con los gastos del hogar, y cuando vuelven cumplen con las funciones de madre, anhelando que los suyos estén mejor. Es muy frecuente que en estos casos Babilonia ataque, para lograr que las mujeres que tienen esta doble función, se vean perturbadas porque el tiempo no les alcanza para concluir con sus tareas de madre.

Como parte de los avisos del tiempo final, se encuentra el avance tecnológico, donde casi todas las personas portan un celular, aún en el ámbito familiar ya no existe la comunicación agradable porque son absorbidos por el mundo. No nos gastemos lo que no podemos, antes es necesario que hagamos un presupuesto, porque si estamos gastando quizá la mitad de nuestro salario en la compra de un celular; estaremos desequilibrando las necesidades de nuestro hogar. Existen prioridades que cumplir y para lograrlo es necesario pedirle ayuda al Señor.

En el mes quinto, a los siete días del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia. Incendió la casa de Jehová, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; también prendió fuego a todas las casas de los príncipes. (2 Reyes 25:8-9 DHH)

Relata la Palabra en este versículo, que vino el enemigo e incendió la casa del Jeroboam; habían venido los pueblos no temerosos de Dios y arrasaron con la casa; en estas circunstancias era difícil que el pueblo se congregara con júbilo, porque no tenían un templo donde congregarse. En este tiempo, si se incendiara nuestro templo seguramente nos traería también tristeza como en aquel tiempo; en términos espirituales, la destrucción de la casa de un pastor se trata de la perdida de la cobertura.

Si alguna casa aún no tiene la base, debe iniciar a poner el cimiento para que soporte los embates de la vida. Si en nuestra casa no los hay, clamemos para que el Espíritu Santo nos ayude a ponerlos, evitando de esta manera que Babilonia entre en nuestros hogares. Cuando Jesucristo entra a los hogares, los hace fuertes, por más destruido que estos se encuentren, y cuando declaramos que El Señor Jesucristo es nuestro salvador el Espíritu Santo se encarga de restaurar. Se contaminan los contaminables, por eso es importante que los nuestros sean fuertes en El Señor, para que no se contaminen con Babilonia.

Nuestros hijos son príncipes y fruto nuevo, futuros pastores apóstoles y evangelistas, por eso es que debemos cuidarlos preocupándonos por ellos, porque aquel que no se preocupa por los de su casa, ha perdido la fe y es peor que un impío. Restauremos nuestra casa porque queda poco tiempo , eso significa que debemos apresuramos, eso mismo le dijo Dios a Lot antes de salir de Sodoma, aunque sabemos que no fue toda su familia la que se salvó, sin embargo , vemos en las Escrituras que existió una familia preciosa que se salvó completa y fue la familia de Noé.

Lamec tenía 182 años cuando nación su hijo Noé, era un escogido por Dios y un vencedor que El tenía para hacer cumplir sus planes, diciendo desde el principio que Noé sería un descanso a la labor de sus manos; como padres también anhelamos que nuestros hijos sean nuestro soporte y es un reposo en nuestra vejez. En el caso de nuestros hijos espirituales, cuando vienen a reemplazarnos nos sentimos satisfechos que han seguido nuestros pasos y han sido bendecidos por el Señor Jesucristo.

Pero contigo estableceré mi alianza, y en el arca entrarán tus hijos, tu esposa, tus nueras y tú. (Génesis 6:18 DHH)

El Señor da la sabiduría y un arma para todos los vencedores, a la que nadie se resiste y es el amor. Despojémonos de cualquier situación que nos dificulte fluir en el Espíritu y pongámonos las vestiduras del Señor. Noé quiere decir reposo, y la historia nos dice que el pueblo estaba haciendo cosas desagradables, mientras Noé actuaba de acuerdo a lo que Dios le mandaba, permaneciendo unido a su familia. Es agradable que los hermanos habiten juntos y en armonía, pero también debemos saber que existe otra clase de unión que es la espiritual, y se logra permaneciendo unidos en la fe como los apóstoles. Relatan las Escrituras que Lamec vivió 777 años, y su nombre significa: pobre, humillado, hecho vil. Dios tuvo que trabajar el espíritu, alma y cuerpo de Lamec, perfeccionándolo día a día; lo mismo hace con nosotros y luego viene el reposo. A Noé le costó ser apacible en medio de las críticas del pueblo donde habitaba, porque ¿cómo era posible que en peno verano estuviera haciendo un arca?, de esta misma forma debemos recibir la revelación de Dios, aunque nuestra propia familia nos critique, todo viene con un propósito de parte de Él, y si Él nos lo revela, luego vendrá el reposo.

Y Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde Sitim a dos espías, diciendo: Id, reconoced la tierra, especialmente Jericó. Fueron, pues, y entraron en la casa de una ramera que se llamaba Rahab, y allí se hospedaron. (Josué 2:1 LBLA)

Rahab era una, quien pese a no conocer a Jehová de los Ejércitos, Él la utilizó como instrumento para salvar a una familia. Si el Señor dice haré, lo hará. El hombre es el que prepara el caballo para la batalla, pero la victoria es de Jehová de los Ejércitos, porque El es bueno y grande Su misericordia. Rahab le pidió al pueblo de Israel que tuviera misericordia de ella y su familia porque el pueblo sería arrasado.

Es difícil estar bien con Dios y que nuestra familia haya tomado la ruta que Él quiere, cuesta levantarnos pero luego llega la misericordia de Dios, y con Su preciosa sangre apacigua todo. Es posible que lleguen a nuestra mente malos pensamientos, y para echarlos fuera debemos clamar misericordia del Señor.

Decid a los justos que les irá bien, porque el fruto de sus obras comerá. (Isaías 3:10 LBLA)

Justo es el que camina recto en tiempo de dificultad, pero luego vendrá el descanso de parte de Dios. Nuestros hijos son como plantas de olivo alrededor de nuestra casa. Dios es bueno, y Su misericordia y Su favor es lo que único que necesitamos en nuestra vida.

Así ha dicho Jehovah: «¿Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre, con la cual yo la he repudiado? ¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien os he vendido? He aquí que por vuestras maldades fuisteis vendidos, y por vuestras rebeliones vuestra madre fue repudiada. (Isaías 50:1 RVA)

Es posible que no encontremos la forma de cómo recuperar nuestra casa o nuestros hijos, pero el Espíritu Santo hace las cosas que no alcanzamos a comprender, como lograr la restauración de nuestra casa; sin embargo, tenemos que tener presente que lo que un día recibimos de gracia, de gracia lo debemos dar.

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