Lo que Dios hace y lo que me toca a mí – Andrés Corson

Lo que Dios hace y lo que me toca a mí – Andrés Corson

Hoy quiero hablar de lo que Dios hace y de lo que me toca a mí, porque algunos cristianos esperan que Dios todo lo haga y no es así. Dios hace su parte pero hay algo que a mí me toca hacer. Si yo quiero ser sano tengo que hacer algo para activar mi fe, porque Dios actúa como respuesta de nuestra fe.
Si usted quiere el milagro usted tiene que hacer su parte; es más o menos lo que la frase que muchos dicen creyendo que está en la Biblia pero no está dice: «ayúdate que yo te ayudaré». Nosotros si tenemos que hacer nuestra parte.

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Hoy quiero hablar de tres cosas que activan nuestra fe y lo voy a ilustrar con Marcos 5:25-29.

Mar 5:21 Cuando Jesús pasó otra vez en la barca al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de El; así que El se quedó junto al mar.
Mar 5:22 Y vino uno de los oficiales de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle se postró* a sus pies.
Mar 5:23 Y le rogaba* con insistencia, diciendo: Mi hijita está al borde de la muerte; te ruego que vengas y pongas las manos sobre ella para que sane y viva.

Mar 5:24 Jesús fue con él; y una gran multitud le seguía y le oprimía.
Mar 5:25 Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años,
Mar 5:26 y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado;
Mar 5:27 cuando oyó hablar de Jesús, se llegó a El por detrás entre la multitud y tocó su manto.

Mar 5:28 Porque decía: Si tan sólo toco sus ropas, sanaré.
Mar 5:29 Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción.
Mar 5:30 Y enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de El, volviéndose entre la gente, dijo: ¿Quién ha tocado mi ropa?

Mar 5:31 Y sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te oprime, y dices: «¿Quién me ha tocado?»
Mar 5:32 Pero El miraba a su alrededor para ver a la mujer que le había tocado.
Mar 5:33 Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de El y le dijo toda la verdad.

Mar 5:34 Y Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz y queda sana de tu aflicción.
Mar 5:35 Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?

Mar 5:36 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Mar 5:37 Y no permitió que nadie fuera con El sino sólo Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
Mar 5:38 Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho.

Mar 5:39 Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida.
Mar 5:40 Y se burlaban de El. Pero El, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con El, y entró* donde estaba la niña.
Mar 5:41 Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!).

Mar 5:42 Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento se quedaron completamente atónitos.

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