Nunca voy a olvidar aquel libro que “El Chino”, uno de mis amigos del colegio, me regalo cuando aun era un adolescente, el titulo del mismo era: “Atrévete a ser diferente”, y en la portada del mismo aparecían varios limones amarillos, y en medio de ellos, un limón de color verde.
Este libro fue de mucha bendición para mi vida, por los consejos que daba para vivir una juventud en victoria, pero lo que más impacto mi vida, fue para mi el mensaje principal del libro, de resistir las presiones de grupo y vivir una vida, mas que agradando a los amigos, agradando a Dios.
Y es que cuando se es adolescente principalmente, aunque también a lo largo de toda nuestra vida, esa necesidad de ser aceptados por un grupo, es tan fuerte que nos lleva muchas veces a cometer muchos actos que en realidad no deseábamos realizar, pero que por temor al rechazo, terminamos haciendo.
En mi país Guatemala hay un dicho popular que dice: “Mal de muchos, consuelo de tontos”; y nos habla de cómo las personas se sienten “menos mal” o con menos cargo de conciencia de las cosas malas que han hecho o los errores que han cometido, cuando hay más personas que han incurrido en la misma falta. No es lo mismo que digas: me equivoque; a que digas: nos equivocamos, porque entonces la carga o responsabilidad es compartida. Y es esta forma de pensar tan negativa, la que a mi parecer lleva a más y más personas a cometer las mismas faltas, o en el peor de los casos, a fomentar que otras personas también los cometan.
En una oportunidad, alguien me conto el caso de una joven que mantenia relaciones sexuales con un amigo, aquello me espanto terriblemente, no podía comprender como podía estar haciendo esto, sobre todo porque al ser solo amigos no existía ningún compromiso con la otra persona. Tristemente comprendí después que eso era más común de lo que yo me imaginaba, pero no por eso era correcto. Sin embargo lo que más me impresiono, fue que esta tenia otro amigo que también había comenzado a tener relaciones sexuales con su novia, y esta ultima se había deprimido mucho por haber perdido su virginidad, que este amigo le pidio de favor a la primera, que hablara con su novia para explicarle que eso era algo tan normal, que no tenia por que sentirse así, que por lo menos ella lo había hecho con alguien que amaba, mientras que ella lo hacia con alguien con quien no tenia ningún compromiso. ¿Escalofriante narración verdad?, como dice el dicho: “Mal de muchos, consuelo de tontos”, pero lo más triste de todo esto que podría parecer ficción, es que es toda una realidad y aun más no abarca todo lo que realmente esta sucediendo en nuestras sociedades.
La juventud no solo ha sido mal enseñada, sino también quienes ya han experimentado fuertemente el pecado, ya sea con sexo, drogas, licor, u otro vicio, no solo, no son capaces de reconocer que eso no ha llenado verdaderamente sus vidas, y que un placer momentáneo no ha justificado mucho más tiempo de dolor, sufrimiento y frustración que les ha venido después, sino que además, en lugar de advertir a otros, los invitan a que hagan lo mismo. “Mal de muchos, consuelo de tontos”.
Piensa por un momento en el efecto deprimente luego de una gran borrachera, o el despertar en un hotel de paso sin encontrar alguien a la par que de verdad te ame, el sentirte usada si eres mujer, o la repercusión que en otras áreas de tu vida provoca el pecado, como en los estudios o la relación con tus padres.
Alguien me dijo en una oportunidad cuando aun era adolescente, que no era mejor ni más valiente, aquel que se dejaba llevar por la corriente, sino aquel que podía ir en contra de ella, como el salmón que nada rió arriba para depositar en un lugar seguro sus huevos.
Cuando fui adolescente, tuve compañeros de estudio que algunas veces me llamaron en formas ofensivas, poniendo en duda mi hombría, porque los viernes y los fines de semana no era uno más de ellos, que comenzaban emborrachándose para terminar luego en algún prostíbulo, o en algún hotel de paso con sus parejas, a las cuales no solo emborrachaban, sino que escuchaba que además les daban alguna droga o algo para que con mayor facilidad se las pudieran llevar a la cama.
Pero aquel rechazo y las ofensas de mis compañeros de estudio, no fueron nada para mi, luego de sentir el respaldo y la aprobación de Dios para mi vida.
Tener a Jesús en mi corazón y vivir una vida en busca de agradarle a El, fue lo mejor que pudo sucederme en mi juventud, y no se compara con nada ni nadie de este mundo. Esa sensación de paz interior de saber que aun cuando no somos perfectos, y que cometemos un montón de errores a cada momento, el se agrada de lo poco o mucho que nosotros hacemos por agradarlo y buscarle. Como dice la Biblia: En lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré.
Pero hoy los raros, los equivocados, los fuera de onda, hemos venido a ser nosotros los cristianos; esto me recuerda el programa del actor mexicano Eugenio Derbes, «La Familia Peluche», en donde la hija de ellos, que es la única persona normal, es vista como anormal, porque todos son unos locos histericos que hacen lo mismo.
Recuerdo una oportunidad en la cual fui a un baile de presentación de reinas de belleza, había música, mujeres, licor y tal vez muchas de las cosas que atraen a los jóvenes, yo tenia 16 años y me gustaba una de las jóvenes con las que iba que era hermana de una de las reinas, pero una vez dentro de este lugar, puede comprender que nada de lo que el mundo ofrece, se compara a lo que Dios nos da. Escuchar el retumbar de la música, ver una mujer bonita a la par mía y todo lo demás, no se comparaba a aquellos momentos en los cuales podía sentir la presencia de Dios en mi vida, y al estar en este lugar la estaba perdiendo y era un cambio que definitivamente no valía la pena.
Sabes, tu crees que tienes lo mejor hasta que conoces lo que de verdad es bueno.
Por eso el reto para ti hoy es: “Atrévete a Ser Diferente”, es cierto que solos no podemos, pero con la ayuda de Dios y de su Espíritu Santo, y la disposición de nuestro corazón podremos lograrlo.
Dice la Biblia en hebreos, que no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, si no uno que aunque fue tentado en todo, permaneció sin pecado: Jesucristo. Pero por ese hecho de haber sido tentado en todo, también nos comprende, nos entiende y esta siempre dispuesto a ayudarnos si nosotros se lo pedimos (Hebreos 2:14-18).
Jesús definitivamente es nuestro máximo ejemplo de que si se puede vivir una vida en santidad agradando a Dios, y además es nuestro ayudador junto con el Espíritu Santo para serle fieles.
Y aquel que es poderoso para guardarnos sin caer, y de presentarnos irreprensibles delante de gloria con gran alegría. (Judas 1:24).
Ya no cedas más ante la presión de tus amigos para lo malo, y comienza a vivir hoy una nueva vida.
Via: saciatused.com