Miedo al Coronavirus – Itiel Arroyo
En estos tiempos de la crisis mundial por la pandemia del Coronavirus Covid-19, debemos recordar y comprender que ser iglesia no significa que todos estemos en el mismo lugar, sino que todos tengamos en corazón en el mismo lugar.
Y algo mas terrible que el mismo coronavirus, es el miedo o temor que esta produciendo a nivel mundial.
Cuando vemos la historia de Adan y Eva en el genesis, vemos que luego que ellos pecaron y cayeron, tuvieron miedo, por eso corrieron a esconderse detras de las hojas.
Ellos tuvieron miedo porque perdieron a su padre celestial, porque habian perdido la cobertura paterna de Dios.
Muchas veces cuando creemos que tenemos todos bajo control, nos sentimos intocables, sin embargo cuando sucede algo como esta pandemia mundial, nos damos cuenta que somos muy vulnerables.
El miedo nos ayuda a protegernos de los peligros y nos proporciona ciertas dosis de prudencia para no decir lo que realmente pensamos a nuestro jefe o abandonar nuestro trabajo sin otra opción laboral (aunque muchos jueguen a la lotería para permitirse el lujo de poder hacerlo algún día).
El miedo, por tanto, equilibra ciertos impulsos que tenemos desde muy pequeños. Los padres juegan un papel esencial en su transmisión. Educan a sus hijos para que no se asomen demasiado a una ventana, no jueguen con los enchufes o respeten a los profesores (esto último no está muy claro). En definitiva, necesitamos el miedo sano para ser prudentes.
Sin embargo, este tipo de miedo, el sano deja de ser positivo cuando nos paraliza y nos impide poner en juego todo nuestro potencial. Es entonces cuando se convierte en miedo tóxico. Y éste, sin lugar a dudas, no sólo es innecesario sino que, además, nos perjudica a nosotros.
El uso del miedo tóxico tiene un alto precio en la cuenta de resultados y en nuestra felicidad, pero, desafortunadamente, está a la orden del día.
Así pues, el primer paso para abordar un miedo es saber diferenciarlo de sano a tóxico. Piensa algo que te preocupe y reflexiona sobre las siguientes preguntas:
¿El miedo te impide tomar decisiones que realmente desearías tomar o solo es una advertencia?
Si fueras capaz de imaginarte dentro de varios años, ¿te arrepentirías de la decisión que no eres capaz de tomar por dicho miedo?
¿Es una emoción que es puntual o te está quitando el sueño?