Tiempos De Pesebre
Cuando leemos la historia de la natividad y vemos a Jesús, el Hijo de Dios, naciendo en un pesebre, podríamos pensar que así sucedió para enseñarnos sobre humildad en medio de la pobreza, pero no es así. María y José lo pusieron allí simplemente porque no había lugar en el mesón.
A veces, en la vida no hay lugar para lo que estamos “dando a luz”. Te gradúas y no encuentras un trabajo digno de todo lo que te esforzaste, ¡solo hay plazas como asistente del asistente! Eso puede ser frustrante. ¿Qué sucede cuando tu talento no encuentra lugar en “un hermoso hotel” y tienes que nacer como profesional en un “sencillo pesebre”? Lo peor que puedes hacer es asumir una actitud arrogante y negarte a aceptar esa pequeña oportunidad que consideras poco para ti. ¿Por qué tener esa actitud si nuestro Señor aceptó el pesebre, siendo Hijo de Dios? Imagino que incluso en los padres surgió la duda.
Casi veo a José preguntando: “María, ya te acepté eso de que el niño fue engendrado por el Espíritu Santo, pero ¿cómo es que el Salvador no pudo salvarnos de este inconveniente? ¿Por qué siendo Hijo del Creador todopoderoso, no nos reservó un mejor lugar?” José era un ser humano como nosotros, por eso en la Biblia vemos que un ángel le habló para que no dudara.