Dios No Se Ha Olvidado De Ti – Pastora Ana Olondo
Quizás estés atravesando la peor temporada de tu vida, sientes que todo el mundo está en tu contra, que quieren hundir tu ministerio, que nunca alcanzarás tu destino, pero déjame decirte que justamente todo esto está formando en ti el carácter necesario para que cuando Dios te ponga en lo más alto como lo estuvo José, gobernando Egipto, no lo vayas a echar a perder.
Aprende con esta prédica a cómo manejar tu corazón en la noche más oscura.
Gén 37:2 Esta es la historia de las generaciones de Jacob: José, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos.
Gén 37:3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.
Gén 37:4 Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.
Gén 37:19 Y se dijeron unos a otros: Aquí viene el soñador.
Gén 37:20 Ahora pues, venid, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: «Una fiera lo devoró.» Entonces veremos en qué quedan sus sueños.
Gén 37:21 Pero Rubén oyó esto y lo libró de sus manos, y dijo: No le quitemos la vida.
Gén 37:22 Rubén les dijo además: No derraméis sangre. Echadlo en este pozo del desierto, pero no le pongáis la mano encima. Esto dijo para poder librarlo de las manos de ellos y volverlo a su padre.
Gén 37:26 Y Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre?
Gén 37:27 Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron caso.
Gén 37:28 Pasaron entonces unos mercaderes madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y éstos llevaron a José a Egipto.
Gén 39:1 Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá.
Gén 39:7 Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y le dijo: Acuéstate conmigo.
Gén 39:8 Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee.
Gén 39:17 Entonces ella le habló con estas palabras, diciendo: Vino a mí el esclavo hebreo que nos trajiste, para burlarse de mí;
Gén 39:18 y cuando levanté la voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó afuera.
Gén 39:19 Y aconteció que cuando su señor escuchó las palabras que su mujer le habló, diciendo: Esto es lo que tu esclavo me hizo, se encendió su ira.
Gén 39:20 Entonces el amo de José lo tomó y lo echó en la cárcel, en el lugar donde se encerraba a los presos del rey; y allí permaneció en la cárcel.
Gén 41:1 Y aconteció que al cabo de dos años, Faraón tuvo un sueño; y he aquí, soñó que estaba de pie junto al Nilo.
Gén 41:2 Y de pronto, del Nilo subieron siete vacas de hermoso aspecto y gordas, y pacían en el carrizal.
Gén 41:3 Pero he aquí, otras siete vacas de mal aspecto y flacas subieron del Nilo detrás de ellas, y se pararon junto a las otras vacas a la orilla del Nilo;
Gén 41:4 y las vacas de mal aspecto y flacas devoraron las siete vacas de hermoso aspecto y gordas. Entonces Faraón despertó.
Gén 41:25 Entonces José dijo a Faraón: Los dos sueños de Faraón son uno; Dios ha anunciado a Faraón lo que El va a hacer.
Gén 41:26 Las siete vacas buenas son siete años, y las siete espigas buenas son siete años; los dos sueños son uno.
Gén 41:27 Y las siete vacas flacas y feas que subieron detrás de ellas son siete años, y las siete espigas quemadas por el viento solano serán siete años de hambre.
Gén 41:28 Esto es lo que he dicho a Faraón: Dios ha mostrado a Faraón lo que va a hacer.
Gén 41:29 He aquí, vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto;
Gén 41:30 y después de ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre asolará la tierra.
Gén 41:31 Y no se conocerá la abundancia en la tierra a causa del hambre que vendrá, que será muy severa.
Gén 41:32 Y en cuanto a la repetición del sueño a Faraón dos veces, quiere decir que el asunto está determinado por Dios, y Dios lo hará pronto.
Gén 41:33 Ahora pues, busque Faraón un hombre prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.
Gén 41:34 Haga esto Faraón: nombre intendentes sobre el país y exija un quinto de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de abundancia.
Gén 41:35 Y que ellos recojan todos los víveres de esos años buenos que vienen, y almacenen en las ciudades el grano para alimento bajo la autoridad de Faraón, y que lo protejan.
Gén 41:36 Y que los víveres sean una reserva para el país durante los siete años de hambre que ocurrirán en la tierra de Egipto, a fin de que el país no perezca durante el hambre.
Gén 41:37 Y la idea pareció bien a Faraón y a todos sus siervos.
Gén 41:38 Entonces Faraón dijo a sus siervos: ¿Podemos hallar un hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?
Gén 41:39 Y Faraón dijo a José: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan prudente ni tan sabio como tú.
Gén 41:40 Tú estarás sobre mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes; solamente en el trono yo seré mayor que tú.
Gén 41:41 Faraón dijo también a José: Mira, te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
Gén 41:42 Y Faraón se quitó el anillo de sellar de su mano y lo puso en la mano de José; y lo vistió con vestiduras de lino fino y puso un collar de oro en su cuello.
Gén 41:43 Lo hizo montar en su segundo carro, y proclamaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.