Es una bendición de Dios, cada reunión que El nos permite, principalmente porque en cada reunión que tenemos, podemos compartir respecto a las señales del final de los tiempos; y hoy con la revolución del mundo árabe y más recientemente en algunos lugares en África; porque como lo mencionamos en estudios anteriores, varios países han tenido revoluciones porque buscan cambiar los gobiernos que actualmente están en el poder, siendo la principal causa de esas revoluciones, el hecho de darle más auge a la doctrina islámica. No obstante que las revoluciones están convirtiéndose en la principal noticia mundial, también debemos resaltar que la más fuerte ha sido la de Egipto y de los países que están a su alrededor; lo que nos lleva a pensar que siendo esto es una señal del final de los tiempos, entonces la cercanía a la fecha del día del regreso de nuestro Señor Jesucristo, está cada vez próxima. Vemos que la ONU se está acercando al conflicto en Egipto con el propósito que el presidente actual, entregue el poder; lo cual no es otra cosa más que la soberanía de los países no es tan cierta como lo creemos porque en cualquier momento, las potencias mundiales, se mueven para hacer presión y que las cosas sucedan de acuerdo a lo que ellos desean y no con la soberanía que deberían moverse, en este caso: Egipto.
Y sucedió en el año once, el mes primero, el día siete del mes, que vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Faraón, rey de Egipto, y he aquí, no ha sido vendado para curarlo, ni ligado con vendas de modo que cobre fuerzas para empuñar la espada. Por tanto, así dice el Señor DIOS: «He aquí, estoy en contra de Faraón, rey de Egipto; quebraré sus brazos, tanto el fuerte como el fracturado, y haré que la espada caiga de su mano. «Dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por las tierras. (Ezequiel 30:20-23 LBLA)
Los acontecimientos recientes en el mundo, están profetizados en la Biblia, aunque el mundo no lo vea así porque ellos dan más importancia a las profecías de personas que no tienen nada que ver con Dios, pero los toman como si fueran profetas y se convierten en sus seguidores.
Pero el punto central de todo esto es que los que están detrás de derrocar al gobierno actual de Egipto por sus tendencias occidentales; son los seguidores de la religión del Islam, o sea, la religión del anticristo. El problema es que cuando logren derrocar del gobierno al actual presidente de Egipto, en ese momento Israel se quedará aislado por todos los pueblos árabes de ideología islámica y cuando eso suceda, podemos decir que la semana setenta de Daniel está más cercana; pero el arrebatamiento de la Iglesia estará más cercano aun; lo que nos lleva a pensar que debemos tener una verdadera consagración a Dios cada vez más y más; no es tiempo de estar jugando a la religión. En cierto versículo de la Biblia, Dios le habla a Su pueblo para decirles que ya no era momento de estar rodeando la montaña, sino que, era el tiempo de entrar a Canaán; lo cual es una figura para la Iglesia de Cristo en que este año, Dios desea que entremos a Canaán, o sea, salir de la tierra y dirigirnos a nuestro destino final juntamente con nuestro Señor Jesucristo.
Cuando Dios hizo a Adán, figurativamente lo podemos ver como una nave espacial que vino y cuando le abrieron la compuerta, salió Eva, seguidamente toda la tripulación que lo venía dentro de esa nave para poblar la tierra; pero esa nave se descompuso y durante mucho tiempo la quisieron reparar, pero nunca pudieron. Después Dios envía otra nave espacial la cual nunca se descompone por ser la nave como nodriza; desciende a la tierra y abre su compuerta, pero esta vez para que todos podamos optar en entrar a esa nave la cual está por completarse, y al hacerlo, esa nave saldrá de la tierra; porque entonces será el tiempo de la las bodas del cordero. El problema es que algunos lo que siguen predicando es acerca de una nave que ya está desechada porque Dios envió la verdadera nave que nos rescataría, la cual no muchos creen que esa nave pueda hacer la obra de Dios y es ahí donde entra el humanismo y el desvío de las mentes de muchos hombres, predicando acerca de vivir para quedarse en la tierra, para convertirse en moradores de la tierra.
De tal manera que con ese humanismo, muchos han dejado de hablar de nuevo nacimiento para enfocarse en tomar las naciones, basándose en el versículo que ellos han arreglado a su pareder, diciendo: id y haced discípulos a todas las naciones… pero lo que verdaderamente dice ese versículo es lo siguiente:
Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo… (Mateo 28:19 LBLA)
Es muy diferente que se hagan discípulos a las naciones, a que hagamos discípulos de entre las naciones, o sea, extraer de todas las naciones, aquellos los que han escuchado el shofar de Dios, y puedan llegar a los pies de Cristo por medio de un proceso.
Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3:3-5 LBLA)
Entonces, cuando alguien cree en Jesús, empieza el proceso del nuevo nacimiento; es necesario que lo comprendamos de esa manera: como un proceso, porque se nos ha dado el gran privilegio de llegar a ser hijos de Dios después de ese proceso. Ahora veamos cómo fue que el proceso de llegar a ser hijos de Dios, no lo alcanzaron un grupo de personas a los que Dios les habla y que ya eran creyentes:
Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: «Seréis libres»? Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre. Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Sé que sois descendientes de Abraham; y sin embargo, procuráis matarme porque mi palabra no tiene cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto con mi Padre; vosotros, entonces, hacéis también lo que oísteis de vuestro padre. Ellos le contestaron, y le dijeron: Abraham es nuestro padre. Jesús les dijo: Si sois hijos de Abraham, haced las obras de Abraham. Pero ahora procuráis matarme, a mí que os he dicho la verdad que oí de Dios. Esto no lo hizo Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Ellos le dijeron: Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un Padre, es decir, Dios. Jesús les dijo: Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais, porque yo salí de Dios y vine de El, pues no he venido por mi propia iniciativa, sino que El me envió. ¿Por qué no entendéis lo que digo? Porque no podéis oír mi palabra. Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira. (Juan 8:31-44 LBLA)
Es lo mismo que sucede en un matrimonio; llegan a la alcoba nupcial el día que se casaron, pero ese día no llegaron a ser una sola carne, sino que, hasta el momento en el cual llegaron a pensar igual, en el momento en el que pensaron en beneficiar a su cónyuge, entonces están siendo una sola carne porque uno cuida por el otro y el otro por el uno.
…no se fijó en lo bueno que hubiéramos hecho, sino que tuvo misericordia de nosotros y nos salvó. En el bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el Espíritu Santo… (Tito 3:5 BLA)
Notemos que en el versículo anterior, está señalando parte del proceso del nuevo nacimiento.
El es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. El es el principio, el primero en nacer de la muerte, para tener en todo la primacía… (Colosenses 1:18 NBE)
Entonces el proceso del nuevo nacimiento terminará cuando resucitemos de nuevo. Es por eso que si alguno de nuestros familiares ha partido de nuestra dimensión; solamente están dormidos, se nos adelantaron quizá, pero no están muertos porque Dios, no es Dios de muertos.
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de El. (1 Juan 5:1 LBLA)
Aunque hayamos nacido de Dios, somos sometidos a un proceso y mientras termina el proceso, estamos sujetos a muchas cosas que debemos ir avanzando.
Queridísimo, no imites el mal, sino el bien. El que hace el bien ha nacido de Dios; el que hace el mal, no ha visto a Dios. (3 Juan 1:11 MN)
Cuando creímos, empieza el proceso y cuando dejamos de hacer el mal y hacemos el bien; podemos decir que estamos avanzando en ese proceso maravilloso de Dios y podemos decir incluso que estamos naciendo otra vez a una nueva dimensión dentro de la misma línea del tiempo.
…desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación… (1 Pedro 2:2 LBLA)
Amar la palabra de Dios, debería ser uno de nuestros anhelos porque si no la amamos como deberíamos; necesitamos dar ese paso, necesitamos avanzar a ese nivel con el propósito de que seamos adiestrados en todo momento.
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. (1 Juan 5:4 LBLA)
Si algún cristiano está en el mundo, no es que no haya nacido de nuevo; sino que, está en el proceso del nuevo nacimiento y está atravesando por un estado de transformación hasta que logra romper con costumbres mundanas. Parecería difícil de creer, pero lamentablemente existen algunos cristianos que tienen licor en su casa, solapándolo con decir que es para el arte culinario que practica su esposa, pero la verdad es porque aún está saliendo del mundo, está en el proceso del nuevo nacimiento.
Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. (1 Juan 3:9 LBLA)
Debemos comprender que no es lo mismo pecar; a practicar el pecado, porque cuando llegamos a los pies de Cristo, empieza nuestro proceso para dejar de ser una fábrica de pecado y de pronto el Espíritu Santo nos redarguye cuando hacemos algo que no está bien a los ojos de Dios; con el propósito que un día, todo aquello que nos era motivo de tropiezo, lo podamos desechar por completo.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que aquel que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca. (1 Juan 5:18 LBLA)
Si permanecemos en el proceso del nuevo nacimiento, habrá un día en el que dejaremos de pecar en el nombre de Jesús. Quizá hoy podríamos estar luchando contra el pecado; cualquiera que sea, pero al permanecer en el proceso del nuevo nacimiento, llegará el día en el que ni siquiera tendremos que luchar contra el pecado, porque el maligno no nos tocará.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. (1 Juan 4:7 LBLA)
Lamentablemente existen cristianos que no aman, porque están en el mismo proceso pero llegará el momento en el que nuestras palabras y nuestros actos, serán de amor hacia nuestro prójimo.
Si sabéis que El es justo, sabéis también que todo el que hace justicia es nacido de El. (1 Juan 2:29 LBLA)
Esto podemos decir que es como una materia de la escuela que debemos completar en nuestra vida, como parte del proceso de Dios en nosotros, y al completarlo entonces odiaremos la injusticia.
Empero como entonces el que era engendrado según la carne, perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. (Gálatas 4:29 SRV)
El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. (Juan 3:8 LBLA)
Guiados por el Espíritu Santo, podemos decir que habremos nacido de nuevo; porque lamentablemente lo que más nos gusta es tener el control de todo en nuestra mano.
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. (Juan 3:6 LBLA)
Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. (1 Pedro 1:23 LBLA)
Debemos anhelar el proceso completo del nuevo nacimiento que Dios desea en nuestra vida porque es parte de alcanzar la estatura del varón perfecto en Cristo Jesús