La paz os dejo, mi paz os doy – Pastor Luis Bravo

La paz os dejo, mi paz os doy – Pastor Luis Bravo

Introducción:

La paz es uno de los anhelos más profundos del ser humano. Vivimos en un mundo lleno de conflictos, violencia, injusticia y sufrimiento. ¿Cómo podemos experimentar la paz en medio de tanta turbulencia? ¿Qué tipo de paz nos ofrece Jesús?

En el capítulo 14 del evangelio de Juan, Jesús se despide de sus discípulos antes de ir a la cruz. Él les habla de su partida, de su regreso, de su relación con el Padre y del Espíritu Santo que les enviará. En el versículo 27, les dice: «Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo.» (Biblia Nueva Versión Internacional)

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¿Qué significa esta declaración? ¿Qué implica recibir la paz de Jesús?

Veamos tres aspectos de esta paz que sobrepasa todo entendimiento.

La paz de Jesús es un regalo. Él dice: “Les dejo la paz, les doy mi paz”. No se trata de una paz que se pueda comprar, merecer o conseguir por nuestros propios medios. Es una paz que se recibe por gracia, por fe, por amor. Es una paz que brota de la obra redentora de Jesús en la cruz, donde él llevó nuestros pecados, nuestras culpas y nuestras condenas. Es una paz que se basa en el perdón, la reconciliación y la restauración que Dios nos ofrece en Cristo. Es una paz que nos hace hijos de Dios, herederos de su reino y ciudadanos de su nueva creación.

La paz de Jesús es diferente. Él dice: “La paz que yo les doy no es como la que da el mundo”. No se trata de una paz superficial, temporal o ilusoria. Es una paz profunda, eterna y verdadera. Es una paz que no depende de las circunstancias externas, sino de la presencia interna de Dios. Es una paz que no se basa en la ausencia de problemas, sino en la confianza en su poder. Es una paz que no se limita a la armonía entre los hombres, sino que abarca la comunión con Dios.

La paz de Jesús es transformadora. Él dice: “Que no haya en ustedes angustia ni miedo”. No se trata de una paz pasiva, indiferente o conformista. Es una paz activa, comprometida y esperanzadora. Es una paz que nos libera de la ansiedad, la preocupación y el estrés que nos agobian. Es una paz que nos llena de gozo, de gratitud y de alabanza al Señor. Es una paz que nos impulsa a compartir el evangelio, a servir al prójimo y a buscar la justicia y la paz en el mundo.

La paz que Jesús nos da es un regalo, es diferente y es transformadora. Es una paz que solo él puede dar, como enseña en Juan 14:27-31, cuando dice que no los dejará huérfanos y que no necesitan temer. Es una paz que solo él puede dar, como demuestra en Juan 20:19-23, cuando se aparece a sus discípulos después de la resurrección y les dice: “¡La paz sea con ustedes!” Es una paz que solo él puede dar, como promete en Juan 16:33, cuando les dice: “En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.”

¿Como puedo recibir la paz de Jesús?

Para recibir la paz de Jesús, lo primero que debes hacer es reconocer tu necesidad de él. Todos somos pecadores y estamos separados de Dios por nuestra rebelión y desobediencia. Solo Jesús puede salvarnos de nuestra condición y reconciliarnos con Dios. Él murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó al tercer día para darnos vida eterna. Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. (Romanos 10:9)

Al recibir a Jesús como tu Salvador y Señor, recibes también su paz. Él te perdona todos tus pecados, te da una nueva identidad como hijo de Dios, te llena de su Espíritu Santo y te garantiza un lugar en el cielo. Él te promete estar contigo siempre, cuidarte, guiarte y consolarte. Él te da su paz que sobrepasa todo entendimiento, que guarda tu corazón y tu mente en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7)

Pero recibir la paz de Jesús no es un evento único, sino un proceso continuo. Necesitas mantener una relación íntima con él, a través de la oración, la lectura de su Palabra, la obediencia a su voluntad y la comunión con su pueblo. Necesitas cultivar una actitud de fe, de gratitud y de alabanza, confiando en que él tiene el control de todas las cosas y que obra para tu bien. Necesitas resistir al enemigo, al mundo y a la carne, que quieren robarte la paz y llenarte de angustia y temor. Necesitas buscar la paz con los demás, perdonando, sirviendo y amando como Jesús te ha perdonado, servido y amado. (Colosenses 3:15)

Recibir la paz de Jesús es el mayor privilegio y la mayor bendición que podemos tener. Te invito a que abras tu corazón a él hoy y experimentes su paz que sobrepasa todo entendimiento. Que Dios te bendiga.

Que podamos recibir, vivir y compartir la paz que Jesús nos da. Amén.